jueves, 14 de julio de 2016

RESPETO A LA DIGNIDAD TRANS - Rev. Fernando Frontan - Conferencia Gral. ...





Entre el 4 y el 8 de julio de 2016 se realizó en Victoria, CB Canadá, la XXVI Conferencia General de la Fraternidad Universal de Iglesias de la Comunidad Metropolitana (ICM).
Un evento que reunió a 1200 personas de los 4 continentes donde ICM tiene comunidades. En el mismo se realizaron multiples actividades de tipo religioso, debatess sobre temas globales y plenarios sobre temática que hace a los DDHH, Diversidad Sexual, Espiritualidad e Inclusión en la sociedad contemporanea.U

Uno de esos días fue dedicado a las personas trans, su realidad, su dignidad, sus derechos y especialmente su lugar en la sociedad y en la vida de la iglesia.

En el plenario general del día, la activista  trans Dra. Jennifer Finney Boylan, realizó una presentación bajo el título:
"ELLA NO ESTÁ AHI... la vida entre dos géneros".
Posterior a ello, la Rev. Karma Amos condujo un debate con diferentes líderes trans,laicos y clérigos, y clerigos y activistas aliados de ICM, que versó sobre la temática: "lo trans en la vida de la iglesia."

Este video comparte  la ponencia del Rev. Fernando Frontan, clérigo y activista de los derechos LGBTTIQ uruguayo.

Traduciión: Enrique Andrade.

martes, 28 de junio de 2016

QUE SERA, SERA - Familias por la Diversidad Sexual (FDS) Costa Rica 2016



QUE SERA, SERA... FAMILIAS UNIDAS ¡YA!!!
AMOR INCONDICIONA... QUE SERÁ, SERA!!!

Una consigna que nace y se afirma en la experiencia madres, padres y familiares de Gays, Lesbianas, Trans, Intersex, Bisexuales de 20 la países iberoamericanos presentes en la VI Convención de la Asiación Internacional de Familias por la Diversidad

lunes, 1 de diciembre de 2014

Entrevista a Fernando Frontan en TELESUR

Aqui la entrevista que me hicieran ayer en el noticiero central de
TELESUR, a propósito de las elecciones nacionales en el Uruguay



Video: Uruguay decide con elección proyecto incluyente: activista

miércoles, 7 de julio de 2010

IMAGINEMOS el día después...

Sermón que ofrecí a la Conferencia Gral. de ICM en Acapulco el viernes 2/07/2010
Traducción al ingles: Rev. Pablo Navarro (Puerto Rico)
Texto completo en inglés más abajo

Sermon that I gave to the ICM Gral Conferenia Friday 02/07/2010
English translation: Rev. Pablo Navarro
English version below

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IMAGINEMOS EL DIA DESPUES…
Mensaje sobre texto de Lucas 9:28-36

Que emocionante es estar a una Conferencia General de ICM. Venir desde tan lejos, de los puntos más extremos del planeta: África, Asia, Australia, Europa, América del Norte, Latinoamérica, y tener la oportunidad de encontrarnos, vernos, abrazarnos, escucharnos, conocernos, interactuar; sentir que pertenecemos a una misma familia que nos incluye y nos respeta, nos ama y nos reconoce tal cual somos.

Realmente, estar aquí, es como subir al Monte con Jesús y ser testigos de la luz que nos permite ver y comprender. Quiero, de manera especial, agradecer esta oportunidad que me han dado de reflexionar con ustedes la Palabra de Dios en este día.

Es un verdadero privilegio y todo un desafío tener esta oportunidad. Que el Espíritu de Dios acompañe y guíe este momento entre nosotras y nosotros…

Subir a una Conferencia General es como vivir un nuevo Pentecostés, donde el Espíritu, hace la fiesta y el jubileo del encuentro nos permite vivir la fraternidad, en la inocencia más pura de los niños, absortos ante la flor y la mariposa que se besan.

Asistir a una Conferencia General nos da la oportunidad de hacer de lo sencillo y cotidiano algo maravilloso que nos llene de luz y claridad…

Es como recibir la misma invitación que Pedro, Juan y Jacobo recibieron de Jesús, para subir con él a lo alto del monte. La oportunidad para contemplar en la plenitud de la luz, el misterio de la misión del maestro, de su lugar en el mundo.

Hoy es para nosotros ya no sólo una oportunidad, sino el desafío de descubrir e imaginar nuestro lugar en esa misión para este mundo actual, en este tiempo…

¿Pero que sucedió aquél día de la transfiguración?

Jesús junto a Pedro, Juan y Jacobo suben al monte para orar. Un poco antes, acababa de confesarles que su misión no terminaría como todos esperaban…

Les anunció su muerte y es más, lo enfatizó, diciendo que “era necesario que todo esto sucediera”.

Pedro, Juan y Jacobo de alguna manera representan estas contradicciones y dudas, cada uno ha sido o será, a lo largo del evangelio, protagonista de la incomprensión de la misión de Jesús…

Así como también tendrán esta experiencia que los hará testigos de su gloria.

En estos tres personajes, también se representan nuestras contradicciones, nuestras dudas e incoherencias, nuestra falta de comprensión y aceptación de la auténtica misión de Jesús y su Evangelio, quienes desarticulan nuestras expectativas triunfalistas, mesiánicas, exitistas, evasivas de la realidad, consumistas de sensaciones mágicas fuera del compromiso con el amor y su consecuencia más directa: la justicia y la igualdad.

Jesús ora, y lo hace en silencio…

Y en ese contexto sucede la transfiguración.

Entrar en oración es caminar hacia adentro, hacia el interior de nuestro corazón, meternos en el misterio profundo de nuestra vida y nuestra soledad radical –un poco santa y otro tanto miserable- y dejarnos mover y sorprender allí con la presencia de Dios.

Y si lo hacemos, siempre suceden cosas nuevas que nos sacan de los lugares establecidos por el miedo, el dolor, el capricho, el sufrimiento; esos lugares de la terquedad, la obstinación, el orgullo, la vanidad, la arrogancia, el egoísmo, el rechazo, la homofobia, la persecución, el odio, la discriminación, en algún momento se hace la luz y podemos ver con claridad…

En un mundo que permanentemente encandila con sus luces estridentes para deslumbrarnos y atraernos a su superficialidad; un mundo que nos mueve y nos seduce a salir fuera de nosotros mismos.

El camino contrario, ósea entrar a nuestro interior, puede significar algo extraño, ajeno…

Hacer silencio, aquietarnos, detenernos, sin dudas es una invitación a contra marcha del vertiginoso y veloz ritmo de vida que llevamos.

Lucas presenta esta escena de la transfiguración, introduciendo a Moisés y a Elías que dialogan con Jesús, como un momento de mucha claridad, como cuando uno comprende todo de una manera simple, sencilla, integralmente.

Las palabras sobran aquí: la contemplación, el ver y sentir, conducen en la comprensión que es de un nivel más profundo.

Pedro, Juan y Jacobo tan solo están allí viendo y contemplando lo que sucede. Seguramente no entienden racionalmente, todavía ese acontecimiento.

Fíjense como Pedro quiere hacer campamento, se está tan bien en esa claridad: “hagamos 3 enramadas una para Jesús, otra para Elías, otra para Moisés… y quedémonos aquí”.

Y es natural su reacción, a todos nos pasa, en momentos en que se nos revelan cosas de la vida, queremos quedarnos allí, instalarnos, suspendidos en ese momento, retenidos por el tiempo y la sensación agradable.

Recuerdo cuando llegué como pastor a Casa de Luz ICM, en la ciudad de Monterrey. Durante tanto tiempo había esperado aquél momento de servir como pastor a una congregación de ICM. Todo me parecía maravilloso y revelador.

Realmente una experiencia de transfiguración para mí. En cada Servicio de Adoración me emocionaba predicar y partir el pan para la comunidad… En cada celebración de santa unión vibraba extendiendo mi mano para bendecir…

Todo lo veía sorprendentemente claro y profundo. Una felicidad increíble que tomaba cuerpo en mi intimidad personal y me movía.

Cómo cuando asistí por primera vez al ministerio con los that niños de la Colonia San Bernabé, en torno al Albergue del Cristo Roto…

Fíjense esto, una ICM… una ICM en medio de un barrio pobre, con 500 niños a cargo, atendiendo una escuelita bíblica y celebrando una misa con esos niños y sus familias en medio de la calle. Sin rechazos, sin discriminación, sin odios, sin condenas…

Sus cantos, su alegría, la pureza inocente de su fe, sus caritas, su amor derramándose sin límites sobre los que allí estábamos y sobre mí…

Era como estar viendo el mismo rostro de Cristo transfigurado revelándose ante nosotros.

Yo me quería quedar siempre allí y las primeras veces me daba mucha pena terminar la misión y volver otra vez a la rutina cotidiana de la parroquia.

Pasaba largos días rememorando lo vivido, buscando todo aquello tan lindo en mi memoria…

Si hubiera podido me hubiera quedado allí, suspendido en el tiempo, como uno más de la foto; y que la vida no sucediera,
que luego no tuviera que ir al hospital, o atender en la puerta de la iglesia a un emigrante, o a un enfermo alcohólico, o a una persona viviendo con VIH ahogado en el dolor y la angustia por su tragedia, o asistir a una familia ante la perdida de un ser querido…

Pero aunque me resistiera a la realidad adversa, ésta me golpeaba los ojos y me desafiaba a actuar, a negarme a mí mismo, me aterrizaba ante la suplica de misericordia; me gritaba la injusticia, a viva voz, y me interpelaba: ¿Qué estás haciendo tú, pastor, para transformar esta realidad? ¿Qué está haciendo la iglesia que tú lideras?…

Tuve que aprender que todo ese regalo, esa revelación que sentía en mi interior cuando celebraba lo bueno y lo lindo, debía dejarla reposar en mí y permitirle que me transformara por y desde adentro…

Ya llegaría el momento de dar testimonio, de actuar, de convertir el amor recibido en servicio y solidaridad para otras personas y otras causas.

No faltó mucho para que Lucas, desvaneciera las intenciones de Pedro, y en el relato nos presenta una nueva imagen: la nube y la voz de Dios que los quita de la tentación de quedarse detenidos en la fotografía de la transfiguración: “este es mi hijo amado, escúchenlo”.

Subir a lo alto del Monte, en esta Conferencia General, y hacerlo con Jesús, nos desafía a contemplar y meditar, pero sobre todo nos interpela al silencio interior, ese silencio que da tiempo, tiempo, tiempo al Espíritu para penetrarnos y recién luego guiarnos a la acción.

No puedo dejar de plantearme la pregunta: ¿Qué pasará luego de esta conferencia con nosotros y nosotras?...

Para cada uno en particular, como para cada una de las comunidades de la cuales somos parte, ahí abajo, nos espera un desafío, un llamado, un pueblo que consolar, una mano que extender, una causa a la que unirse, una realidad, que aunque adversa, nos desafía a la esperanza, a la paz, al compromiso con la ética del amor…

He vivido, como mucho de ustedes algunas conferencias generales, y ese día después no siempre he sabido asumirlo y aceptarlo, permitiéndome el silencio interior, escuchando y siguiendo a Jesús.

Algunas veces he respondido con euforia, hablando que te hablando de todo lo que me deslumbraron los coros, los talleres, los predicadores…

Y eso no ha permitido que repose en mí el mensaje que el Espíritu quiso darme. Con mi actitud le he estorbado.

Otras veces he tenido la triste y penosa experiencia de sentir que las Conferencias se desvanecen o se apagan lentamente como un cirio que se consume… y no pasa nada. Tal vez porque esperaba una respuesta mágica, que transformara la realidad cotidiana que estaba allí aguardándome a mí regreso.

Pero esta Conferencia General, no es igual… no debiera resultar igual o parecida a todas las demás anteriormente vividas. ¿Qué hacer el día después?

Debemos imaginar ese día… ese “cómo” dejaremos que el Espíritu obre en nosotros y en nosotras, para proyectar lo que aquí hemos vivido en acciones liberadoras.

El programa impreso de este servicio nos dice que imaginemos una siesta.

Yo les digo: los que quieran… ya se pueden ir a dormir

Al resto los a invito a imaginar acciones que nos lleven a tomar nuestra cruz, con la fuerza del Evangelio, con el amor y la entrega con que Jesús continuó su misión hasta el final.

Porque allí se juega el mensaje de esperanza que debemos llevar a nuestros pueblos, a nuestra gente, a las realidades que nos desafían en nuestras comunidades.


Para los que regresamos a sud América, nos espera una realidad, que no siempre es alentadora. Allí están nuestras comunidades frágiles, conflictivas, muchas veces reproductoras de la discriminación internalizada.

Nos espera la realidad y las demandas del movimiento LGBT, que si bien ha avanzado en legislación y derechos… no siempre ha logrado proyectar esos avances a la vida cotidiana de las personas que aún, viven bajo la presión del miedo y la invisibilidad, el cautiverio del closet, la discriminación, el rechazo social, la homofobia… como si nada hubiese pasado en el mundo en estos últimos 40 años.

Y como si fuera poco, al mismo paso que hemos avanzado en legislación y derechos, se recrudecen las fuerzas fundamentalistas que se resisten a la inclusión y el reconocimiento de los DDHH para todas las personas sin discriminación.

Pero si miramos el resto del mundo: Europa se cae en cantos por la situación económica; el sur de EEUU está lleno de odio a los emigrantes.

En Puerto Rico y muchos de nuestros países hay desempleo masivo y matanzas de jóvenes por puntos de venta de drogas.
Aquí mismo, en México, el Narcotráfico y el crimen organizado se imponen por la fuerza y la violencia tomando de rehén, ya no sólo a las instituciones, sino a toda la población indistintamente.

El VIH/SIDA sigue matando millones de personas en el continente africano, y el mundo entero.

Nuestros hermanos y hermanas trans… continúan siendo acecinadas en todo lugar, aunque una luz de esperanza se enciende en el DF México y en Uruguay donde se les reconocen sus derechos identitarios.

En Argentina y muchos países en ambos continentes americanos alzamos la voz y exigimos el derecho a casarnos.

Formamos nuevas iglesias para traer buenas nuevas de liberación en Rusia, Asia, América Latina...

Para nosotros como iglesia cristiana, la cruz, no es el final, pero hay que tomarla para caminar y compartir, así como se atraviesan los miedos, la incertidumbre, la soledad, la pobreza y la perversa puerta del closet…

Podemos imaginar ese día después… en cualquier realidad, por dura que sea, como un día nuevo, un día en el que nos vemos fortalecidos por el amor que hemos compartido y celebrado aquí.

Podemos imaginarnos caminando e interactuando en medio de las ciudades en que vivimos… como seres renovados, transfigurados por la experiencia que aquí hemos celebrado, haciendo la diferencia.

Un poeta de mi pueblo, Uruguay, nos diría que sí hay algo bueno, que si podemos imaginar para el día de mañana cuando bajemos de aquí; hay una esperanza que podemos recrear, una revolución silenciosa y pequeña, poco triunfalista y nada mesiánica que podemos asumir .

Aún, en medio de la adversidad, de la discriminación, de la persecución, del odio y las fuerza de la muerte, que parece que se apoderan en algunos de nuestros países como Rumania, Haití, Palestina, los países islámicos.

Aún podemos creer que otro mundo es posible junto a ese poeta de mi pueblo, don Mario Benedetti, quien nos dice y permítanme por favor que recuerde sus palabras:

Cada ciudad puede ser otra / cuando el amor la transfigura
cada ciudad puede ser tantas / como amorosos la recorren

El amor pasa por los parques / casi sin verlos amándolos
entre la fiesta de los pájaros / y la homilía de los pinos


Cada ciudad puede ser otra / cuando el amor pinta los muros
y de los rostros que atardecen / uno de esos es el rostro del amor

y el amor viene y va y regresa / y la ciudad es el testigo
de sus abrazos y crepúsculos / de sus bonanzas y aguaceros

y si el amor se va y no vuelve / la ciudad carga con su otoño
ya que le quedan sólo el duelo / y las estatuas del amor

Ojalá, ojalá que podamos ya no sólo imaginar el día después… sino que podamos volver a la vida renunciando a ser las estatuas del amor.

Y en cada ciudad a la que bajemos, sea nuestro compromiso solidario, nuestra voz, nuestras manos, nuestros abrazos, nuestras familias… Sea nuestra lucha en movimiento la que ofrezca el rostro trasfigurado del amor, que ilumine y de sentido a la vida y a la realidad que nos toque vivir.

Habremos entonces aprendido que ya no es necesario imaginar… porque estaremos haciendo lo que hay que hacer: estaremos amando, como amó Jesús.

Que así sea.

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English version
English translation: Rev. Pablo Navarro
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Imagine the Day Alter
Mensagge Text of Luke 9:38-36

It is truly awesome being here at an MCC General Conference. Coming so far from the most extreme places in this planet: Africa, Asia , Europe, North America and Latin America, and to have the opportunity to gather, see, embrace, and listen to each other, to interact; to feel that we are part of a family where we belong, where we are respected, loved and acknowledged just as we are.

Actually, being here is like climbing a Mountain with Jesus and being witnesses to a light that allows us see and understand. In particular, I am thankful for the opportunity given to me on this day to reflect with you on God's Word.

It is a real privilege and a real challenge. May the Spirit of God accompany and guide us in this moment.

Climbing to a General Conference is a new Pentecost, where the Spirit throws a party and the Jubilee of this encounter allows us to live in fraternity, in the pure innocence of children, immersed in the beauty of seeing the flower and the Butterfly kiss.

Attending a General Conference gives us the opportunity of the turning what is simple and everyday into something wonderful that fills us with light and clarity.

Is like getting the same invitation Peter, John, and James received from Jesus, to go with him to the mountain top.

The opportunity to see in the fullness of the light, the mystery of the mission Master, and his place in the world. Today is for us not merely an opportunity but the challenge of discovering and imagining our place in His mission for this world today, at this point in time...

But why did that day of Transfiguration take place?

Jesus alongside Peter, John, and James went Mountain top to pray. A little earlier, Jesus had confessed that his mission would not end as everyone expected...

He announced to them his death saying that "All this must happen".

Peter, John, and James somehow represent these contradictions and doubts; each one has been or will be, in the Gospel, a protagonist of the misunderstanding of the Mission of Jesus. But they will also have this experience that will make them witnesses of his glory.

These three figures, also represent our own contradictions, our doubts and lack of understanding and acceptance of the true mission of Jesus and of his Gospel, those of us that with an attitude of merely winning impose Messianic expectations and consumers of magical sensations, that falls outside its commitment to love and its most direct consequences: justice and equality.

Then Jesus prays in silence, and in this context the Transfiguration takes place.

To enter into prayer is to walk inwards, into the innermost part of our hearts, to get involved in the profound mystery of our life and our most profound solitude – a place that is holy and yet at the same miserable – and there to be moved and surprised with the presence of God...

And if we do, there will always happen new things that will the take places established by fear, pain, our willfulness, suffering; the hard headedness, the obstinacy, pride, vanity, arrogance, selfishness, rejection, homophobia, persecution, hatred, discrimination, at some point there is a light and we can see clearly.

In a world that permanently shines it’s blinding and strobing lights to attract us to it’s superficiality; a world that moves us and seduces us to come out of our own selves.

To take the opposite road is to enter into our innermost self which can mean something strange and alien to us.

To be silent and peaceful, to stop, undoubtedly is an invitation to go against our rollercoaster existence and to the fast pace of the life of our lives.

Lukes presents this scene of Transfiguration, Moses and Elijah talk with Jesus as a moment of great clarity and when one understands everything in a simple, easy, way comprehensively.

The words left over here: contemplation, the look and feel, lead in the understanding of a deeper level.

Peter, John, and James only are there watching and contemplating what happens. Certainly don't understand rationally, yet this event.

Take as Peter wants to camp, is so well in this clarity: "Let built 3 tents none for Jesus, one for Elisha, and another to Moses and let’s stay here".

And it is natural reaction to all us passes in times in which teach us things in life, we want to stay there, settle, suspended then retained for the time and the pleasant feeling.

I remember when I arrived as pastor The MCC congregation in the city of Monterrey. I had hope for so long to serve as an MCC pastor . All I could think was how wonderful and revealing it all was.

This was for me truly a moment ot transfiguration
Every worship service I thrilled to preach and to celebrate communion for the community.

En every Holy Union, my heart vibrating, extending my hand to bless, all I saw was surprisingly clear.

I felt an incredible happiness took body into my body and I was deeply moved.

My first time I ministered to the kids from St. Bernabé community, in a shelter of the injured Christ children named the Broken Christ...

Look at tis MCC… an MCC in the middle of a slum with 500 children attending a Bible School and celebrating mass with them and their families in the middle of the street.

Without rejections, discrimination, no hatred, no chains. His songs, his happiness, purity innocent of their faith, their caritas, his love spilling without limits on which we were there and about me.

It was like be seeing the same face transfigured Christ revealed to us.

I wanted to me to be always there and the first times gave me much worthwhile end mission and then again to the daily routine of the parish.

Spent long days remembering what the lived, looking for all things so nice in my memory, If could I had been there, suspended in time, as more than one picture; and that life was not the case, not then have to go to the hospital, meet at the door of the Church an emigrant or an alcoholic patient, or a person living with HIV drowned in pain and distress by his tragedy, or attend a family before the loss of a loved.

But although I resisted reality, I was beaten in my eyes and challenged me to act, to deny myself, landing on my knees pleading it for mercy; I injustices would cry, , and I had to answer : what you are doing, pastor, to transform this reality? What is the Church amd its leaders doing?

I had to learn that all this gift, this revelation that felt within me while he was good and Nice, should leave the rest for me and let that I turned on and from the inside.

Already came when giving testimony, Act, make love received in solidarity and service to others and other causes.

Not much missed that Lucas, desvaneciera Pedro intentions, and the story presents a new image: the cloud and the voice of God that removes them from the temptation to be detained in the picture of the Transfiguration: "this is my beloved son, listen it".

Going to the mountain top with Jesus at this General Conference, challenged to contemplate and meditate, but above called to inner silence, giving time, time, time for the Spirit to penetrate us and then lead us to action.

I have to ask the question: what will happen to us after of this Conference?

For each for each of us, and for the communities of which we are part, there awaits a challenge, called, a town to comfort, a hand to extend, a cause to join, a reality that although difficult, challenges us to hope, to peace, to the commitment to the ethics of love...

I have lived, as many of you some general conferences, and the day after I have not always known how to internalize it and to accept it, allowing in me the inner silence, listening and following Jesus.

Sometimes I have responded with euphoria, speaking of everything that has dumfounded me, the music, workshops, preachers...

And that has not allowed to rest in the message that the Spirit had for me. My attitude has gotten in the way.

Other times I have had the sad and painful experience of feeling that conferences fade away or turn off slowly as a candle that consumes, and the nothing happens. Perhaps because expected a magical answer which transforms my everyday reality that was there waiting for my return.

But this General Conference is different …it should not be likr others previously lived. What do the day after?

We must imagine that day... the 'how' we'll leave the spirit held in us and in us, to show what we have experienced here in liberating action.

Your printed program says that you can imagine a siesta.

I can say: If you want to go to sleep, go right ahead

Let me invite you to actions that they will lead to take our cross, with the power of the Gospel, with love and dedication with which Jesus continued his mission to the end.

Because there plays the message of hope that we must take our peoples, our people, to the realities that we challenge in our communities.

Those who returned to South America, expected us a reality, which is not always encouraging. Our fragile, conflicting, communities are there many breeding times of internalized discrimination.

Expected us the reality and the demands of the LGBT movement has made progress in legislation and rights has, not always managed project progress to the daily lives of people living, under pressure from the fear and the invisibility closet, discrimination, social rejection, homophobia, captivity had as if nothing happened in the world over the past 40 years.

And as if it were shortly to step we have made progress in legislation and rights, is intensifying forces fundamentalist resisted the inclusion and the recognition of human rights for all persons without discrimination.

But if we look at the rest of the world: Europe falls in songs by the economy; the southern US full of hate towards immigrants...

In Puerto Rico and many of our countries, there is mass unemployment and killings of young people by selling drugs points...

Here it in Mexico, Narcotraffic and organized crime are imposed by force and violence taking hostage, not only to institutions, but to the entire population regardless.

HIV/AIDS continues to kill millions in the African continent…

Our trans brothers and sisters... continue to be murdered everywhere…
although a there is hope in Mexico City and Uruguay where society begins recognize their identity rights...

In Argentina, and both American continents we raise our voices, and we demand the right to marry.

We plant new churches to bring the good news of freedom to Russia, Asia and Latin America...

For us as a Christian church, the cross is not the end, but it must be bare it to walk and share, just as we deal with fears, uncertainty, loneliness, poverty and the perverse closet door...

We can imagine that day after when... however hard our reality, a new day dawns, a day in which we are strengthened by the love that we have shared and celebrated here...

We can imagine walking and interacting in the middle of the cities in which we live... as renewed and transfigured making the difference by the experience that we have shared here at conference.

A poet of my people, Uruguay, would say us that a good thing that we can imagine first and then do for tomorrow when alight here there is; there is a hope that we can recreate, a silent, small, little triumphalist and nothing Messianic revolution we can assume.

Still, in the midst of adversity, discrimination and persecution of hatred and death it seems ours in some of our countries like Rumania, Haiti, Palestine, and other Islamic countries are held capitve.

We can still believe that another kind of world is possible alongside the poet -Mario Benedetti- of my town who tells us, and if you could allow me to remember the words please:

Each city could another/ when transfigured by its loves
Each city could be so many/ when lovers take to its roads

love walks its parks/ loving and yet not seeing them
joining the bird in their partying/ and the sermons of its pines

each city could be another/ when with love its walls are painted and of the faces at eve time/ one of these faces is love

and love comes, goes and then returns/ and the city is a witness of embraces as night comes/ of its bounty and its rain falls.

But if love goes not returning/ the city shoulders its Fall
nothing is left but its mourning/ and the stone statues of love.

Perhaps, Perhaps we would be able now to not only imagine the day after, but rather that we will be able to come back to life and renounce being static statues of love, and in each city that we come upon that it can be our commitment to solidarity, our voice, our hands, our hugs, our families.
Our struggle as a movement that offers the transformed face of love, that it shines, and gives meaning to life and to the reality that is ours to live.

We then learned that it is no longer necessary to imagine... Because we will be doing what you should do: we are loving and loved Jesus.

Rev. Fernando Frontan Quevedo

Montevideo, Uruguay

jueves, 13 de mayo de 2010

STOP HOMOFOBIA RELIGIOSA



STOP HOMOFOBIA RELIGIOSA
17 de Mayo, Día Mundial de Lucha contra la Homofobia y la Transfobia



“Entonces vinieron a él unos trayendo a un paralítico,
que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él
debido a la multitud, quitaron parte del techo de donde él estaba y,
a través de ka abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico.
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico:
-hijo tus pecados te son perdonados.”

Marcos 2: 3-5


La homofobia es una parálisis... cuando toma a una persona, a una familia, a una institución, a la iglesia, a la sociedad... la inmoviliza!. Inmoviliza sus miembros, sus facultades, la posibilidad de moverse en libertad, de ir donde uno quisiera ir y actuar como uno desearía actuar según sus valores éticos y religiosos. Pero, peor aún... La homofobia frustra la capacidad de pensar y subyuga la voluntad... porque uno quisiera salir de esa situación de postración, de angustia, de odio, de inseguridad emocional y quisiera encontrar paz, sabiduría, pero se impone, como una barrera hermética, la "fobia", ese miedo incontrolable, que no permite hacer uso de las facultades básicas de racionalidad y sentido de justicia, de amor misericordioso e incondicional, imponiéndose e interponiéndose entre los buenos deseos que tengamos y la capacidad de actuar.

Muchas y muchos de nosotros nos hemos sentido así con la homofobia de los otros en contra nuestro, pero también hemos observado como la familia se destruye y se separa por el odio irracional que provoca el prejuicio y los imperativos moralistas antihomosexuales y antitrangenéricos, observamos como la iglesia deja de predicar y actuar movidos por el amor, a cambio del rechazo, la condena y el odio; vemos como la sociedad violenta sus principios de justicia y equidad constitucional para discriminar y excluir... La homofobia enferma, paraliza, destruye y finalmente mata...

Pero si leemos atentamente este pasaje del paralítico que es llevado por cuatro personas hacia Jesús, mientras él está rodeado de mucha gente y situaciones que demandan su atención. Estas cuatro personas, contra toda posibilidad, confían y actúan... al punto de subir al paralítico al tejado de la casa, hacen un boquete en el techo y desde allí lo bajan hasta Jesús para que sea sanado... Jesús sorprendido, bendice la fe de esas personas, perdona los pecados del paralítico (que sería como decir que corrige todo aquello que separa a la persona paralizada, del amor de Dios, en este caso de la homofobia, el odio, el rechazo, la discriminación y el estigma). Finalmente ese ser humano queda sano, restituido, dignificado, listo para volver a ocupar su lugarr en la comunidad activamente.

Muchas veces, sólo la fe de aquellos que nos rodean, de aquellos que son testigos de nuestras parálisis, sólo la fe que mira a Jesús y ve un horizonte más allá de la realidad aparente... Sólo esa fe es la que confiando se mueve, actúa, supera dificultades, vence obstáculos hasta llegar a quien puede liberar y perdonar el mal que opera en nuestras vidas.

Esta es la misión que Jesús encomendó a la Iglesia -la comunidad de sus seguidores- (Juan 20:21-23), ser como los cuatro anónimos de este pasaje que tienen fe en una realidad sana, equilibrada, armonizada por el poder de Dios para el paralítico; hoy diríamos los paralíticos de la sociedad opresora y ahí no sólo entran las personas de diversidad sexual, etnica, religiosa, sino también las personas viviendo con VIH/SIDA o cualquier otra enfermedad estigmatizada, las personas emigrandes, de la tercera edad… en fin toda y todo discriminado por alguna razón que atente contra sus derechos humanos.

La Iglesia de la Comunidad Metropolitana desde 1968 ha asumido como propia ésta misión, confiar en que es posible sanar de la homofobia, la lesbofobia, labisfobia, la transfobia, la fogia a las personas viviendo con VIH/SIDA, a sus familias, a la iglesia y a todas las instituciones interreligiosas, a la sociedad... Y prueba de su acierto es el cambio que se ha producido en muchas iglesias hermanas como la Iglesia Angelicaza, las iglesias luteranas nórdicas y algunas latinoamericanas, la Iglesia Metodista Unida de los EEUU y tímidamente la Iglesia Metodista Uruguaya, la Iglesia Valdense entre otras comunidades de fe de tradición cristiana, que junto a instituciones de los Estados y organismos de la sociedad civil han ido recuperándose de sus parálisis originadas en la homofobia y la transfobia.

Jesús necesita de nuestra fe. Y nosotras y nosotros necesitamos de la fe en Jesucristo para confiar, movernos y actuar con poder transformador sobre las realidades distorsionadas por la homofobia y la trasnfobia.

Ojalá, que podamos salir de nuestro closet cómodo y actuar, y así como Jesús, sorprendernos con los frutos que nuestra fe activa pueden darnos... Que así sea.



Rev. Fernando Frontan Quevedo
Clérigo de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana
Miembro de la Comisión de Justicia Global de ICM


Video Día de Lucha contra la Homofobia - Monterrey.2009 declaraciones del Rev.F.Frontan
http://www.youtube.com/watch?v=8CqFev6n_vg


Puedes escuchar aqui una Meditación guiada para Librarte de la Homofibia que he extraido del programa de radio "Meditaciones por la Vida" de Voces Cristianas tu radio libre de homofobia
http://www.vocescristianas.net/programas/meditacion/meditacion2/meditacion2.htm