jueves, 13 de mayo de 2010

STOP HOMOFOBIA RELIGIOSA



STOP HOMOFOBIA RELIGIOSA
17 de Mayo, Día Mundial de Lucha contra la Homofobia y la Transfobia



“Entonces vinieron a él unos trayendo a un paralítico,
que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él
debido a la multitud, quitaron parte del techo de donde él estaba y,
a través de ka abertura, bajaron la camilla en que yacía el paralítico.
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico:
-hijo tus pecados te son perdonados.”

Marcos 2: 3-5


La homofobia es una parálisis... cuando toma a una persona, a una familia, a una institución, a la iglesia, a la sociedad... la inmoviliza!. Inmoviliza sus miembros, sus facultades, la posibilidad de moverse en libertad, de ir donde uno quisiera ir y actuar como uno desearía actuar según sus valores éticos y religiosos. Pero, peor aún... La homofobia frustra la capacidad de pensar y subyuga la voluntad... porque uno quisiera salir de esa situación de postración, de angustia, de odio, de inseguridad emocional y quisiera encontrar paz, sabiduría, pero se impone, como una barrera hermética, la "fobia", ese miedo incontrolable, que no permite hacer uso de las facultades básicas de racionalidad y sentido de justicia, de amor misericordioso e incondicional, imponiéndose e interponiéndose entre los buenos deseos que tengamos y la capacidad de actuar.

Muchas y muchos de nosotros nos hemos sentido así con la homofobia de los otros en contra nuestro, pero también hemos observado como la familia se destruye y se separa por el odio irracional que provoca el prejuicio y los imperativos moralistas antihomosexuales y antitrangenéricos, observamos como la iglesia deja de predicar y actuar movidos por el amor, a cambio del rechazo, la condena y el odio; vemos como la sociedad violenta sus principios de justicia y equidad constitucional para discriminar y excluir... La homofobia enferma, paraliza, destruye y finalmente mata...

Pero si leemos atentamente este pasaje del paralítico que es llevado por cuatro personas hacia Jesús, mientras él está rodeado de mucha gente y situaciones que demandan su atención. Estas cuatro personas, contra toda posibilidad, confían y actúan... al punto de subir al paralítico al tejado de la casa, hacen un boquete en el techo y desde allí lo bajan hasta Jesús para que sea sanado... Jesús sorprendido, bendice la fe de esas personas, perdona los pecados del paralítico (que sería como decir que corrige todo aquello que separa a la persona paralizada, del amor de Dios, en este caso de la homofobia, el odio, el rechazo, la discriminación y el estigma). Finalmente ese ser humano queda sano, restituido, dignificado, listo para volver a ocupar su lugarr en la comunidad activamente.

Muchas veces, sólo la fe de aquellos que nos rodean, de aquellos que son testigos de nuestras parálisis, sólo la fe que mira a Jesús y ve un horizonte más allá de la realidad aparente... Sólo esa fe es la que confiando se mueve, actúa, supera dificultades, vence obstáculos hasta llegar a quien puede liberar y perdonar el mal que opera en nuestras vidas.

Esta es la misión que Jesús encomendó a la Iglesia -la comunidad de sus seguidores- (Juan 20:21-23), ser como los cuatro anónimos de este pasaje que tienen fe en una realidad sana, equilibrada, armonizada por el poder de Dios para el paralítico; hoy diríamos los paralíticos de la sociedad opresora y ahí no sólo entran las personas de diversidad sexual, etnica, religiosa, sino también las personas viviendo con VIH/SIDA o cualquier otra enfermedad estigmatizada, las personas emigrandes, de la tercera edad… en fin toda y todo discriminado por alguna razón que atente contra sus derechos humanos.

La Iglesia de la Comunidad Metropolitana desde 1968 ha asumido como propia ésta misión, confiar en que es posible sanar de la homofobia, la lesbofobia, labisfobia, la transfobia, la fogia a las personas viviendo con VIH/SIDA, a sus familias, a la iglesia y a todas las instituciones interreligiosas, a la sociedad... Y prueba de su acierto es el cambio que se ha producido en muchas iglesias hermanas como la Iglesia Angelicaza, las iglesias luteranas nórdicas y algunas latinoamericanas, la Iglesia Metodista Unida de los EEUU y tímidamente la Iglesia Metodista Uruguaya, la Iglesia Valdense entre otras comunidades de fe de tradición cristiana, que junto a instituciones de los Estados y organismos de la sociedad civil han ido recuperándose de sus parálisis originadas en la homofobia y la transfobia.

Jesús necesita de nuestra fe. Y nosotras y nosotros necesitamos de la fe en Jesucristo para confiar, movernos y actuar con poder transformador sobre las realidades distorsionadas por la homofobia y la trasnfobia.

Ojalá, que podamos salir de nuestro closet cómodo y actuar, y así como Jesús, sorprendernos con los frutos que nuestra fe activa pueden darnos... Que así sea.



Rev. Fernando Frontan Quevedo
Clérigo de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana
Miembro de la Comisión de Justicia Global de ICM


Video Día de Lucha contra la Homofobia - Monterrey.2009 declaraciones del Rev.F.Frontan
http://www.youtube.com/watch?v=8CqFev6n_vg


Puedes escuchar aqui una Meditación guiada para Librarte de la Homofibia que he extraido del programa de radio "Meditaciones por la Vida" de Voces Cristianas tu radio libre de homofobia
http://www.vocescristianas.net/programas/meditacion/meditacion2/meditacion2.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario